jueves, 2 de agosto de 2012

DORMITORIO

En la época victoriana, los señores de la casa dormían en estancias separadas. La señora tenía su dormitorio y una estancia llamada boudoir que era una habitación donde recibía a sus visitas, donde bordaba y hacía sus quehaceres diarios, y el señor tenía su dormitorio y el despacho.
Los habitantes de mi casa de muñecas son unos adelantados a su tiempo y por eso, y por la falta de espacio en la casa, duermen en la misma habitación.
Esta estancia la he decorado más femenina, para compensar un poco la seriedad del despacho. 



El cofre que hay en la mesita es un pastillero que encontré en una mercería. La butaca la tapicé a juego con las cortinas y la colcha.


El tapete le hizo mi amiga Pili a ganchillo, y el frutero con los pasteles son de mi amiga Candi Martín.


El cuadro está pintado en seda, y le trajeron mis padres de Rusia.


Los cojines les confeccioné en tela de hilo y están hechos a punto de cruz.


En la fotografía están mis padres cuando se casaron.


En el tocador, todos los utensilios de belleza de la señora de la casa y las postales preparadas para enviarlas a sus amistades.


Las figuras de animales de cristal, las compré en el mercado medieval que viene en verano a Santander.


Las fotografías son de la familia.


Las cortinas están confeccionadas con tela de algodón.

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